Protestas estudiantiles: Mucha bulla, resultados nulos II

Desde que los estudiantes se apoderaron de la bandera de la protesta en contra de las pretensiones del régimen, en momentos cuando sacaban del aire a RCTV, el canal privado, gratuito, de señal abierta con mayor audiencia en el país, por razones políticas, mi posición siempre ha sido la misma: mirar con cierto recelo sus métodos y con poca confianza en los resultados de métodos pacíficos, “con manos pintadas de blanco alzadas al aire”, queriendo imitar la actuación de los estudiantes que sacaron a Milosevic del poder.

Si este gobierno ha aguantado centenares de marchas, protestas, tiroteos, militares alzados (organizando conciertos en una plaza), paros parciales, generales, petroleros, golpes de estado (o auto golpe, quién sabe), firmazos, reafirmados, reparos, referéndum, además de la oposición de empresarios, militares, la iglesia, los trabajadores, los petroleros, la sociedad civil, esto por no nombrar a los que están lejos de nuestras tierras, y ahora, los estudiantes, dudo que con el simple hecho de que los estudiantes salgan a la calle de manera pacífica logren hacer cambiar de parecer a Hugo I, junto al aparataje estatal a sus pies, de sus intensiones de perpetuarse en el poder.

Aunque los métodos violentos están en aumento en las ultimas marchas estudiantiles, llámese violento al tratar de llegar marchando a los destinos previamente establecidos y permisazos, para lo cual ha sido necesario intentar sin éxito desbaratar una barricada construida y fortalecida por 2000 policías; llámese también violento intentar encadenarse “sin permiso” en el CNE como forma de protesta para lo cual no se requiere permiso; llámese violento intentar desconocer un régimen que viola la constitución, respaldándose un el 350 de la constitución, mas sin embargo, respetando y acudiendo a los poderes establecidos, pero dominados por el régimen.

Dudo que por si solos los estudiantes consigan detener el referéndum. No podemos compararnos con la resistencia aplicada en la antigua Yugoslavia, allí los estudiantes precisamente iniciaron la resistencia, pero a ellos luego se les unieron los transportistas, trancando los accesos a las ciudades, le seguía toda la sociedad civil quienes con una protesta generalizada lograron sacar del poder al dictador.

Adicionalmente, hoy en día están presentes los mismos factores que me hacía dudar que la protesta, como se venia dando, era la salida; por una parte existe una alta liquidez en la calle, la economía está en pleno crecimiento, existen más fuentes de trabajo, y con el pago de los aguinaldos y utilidades hace que la gente se olvide un poco del tema político, y por otra parte, la siempre presencia del pueblo chavista, muchos de los cuales están dispuestos a usar verdaderos medios violentos para detener cualquier intención de protesta contundente en contra de la reforma.

Aunque no nos podemos olvidar de la contraparte: la creciente escasez, lo que hace que Venezuela se acerque cada vez más al mar de la felicidad de Cuba; el alto rechazo a la reforma que hay en importantes sectores adeptos a Hugo, mas no al socialismo; y por último, la incapacidad del gobierno para resolver los problemas más básicos de la población.

Un punto aparte de la efectividad de la protesta estudiantil es la veracidad del criterio de que la protesta es meramente estudiantil. Evidentemente los estudiantes hacen el llamado a las marchas, van a la cabeza de éstas, las nutren en buena parte con su presencia, sus líderes son los voceros ante los organismos del Estado para hacer llegar las peticiones y las demandas, sin embargo, estoy casi totalmente seguro que la mayor parte de los marchistas no son estudiantes, que dentro de ellos se cuelan los mismos líderes opositores de siempre, los de abril del 2002, los del firmazo, los que se atrevieron, los que llaman a votar y los que llaman a no votar. Tristemente son los mismos de siempre con la pantalla de nombre y de cara de los estudiantes. No me quejo de esto, dado que también acompañaría a los “estudiantes” en las marchas de vivir en Caracas. Al fin de cuentas todos queremos el mismo resultado, que el 2013 veamos una cara diferente, un personaje distinto en la silla presidencial.