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martes, 9 de abril de 2019

Crónicas de varios fucking days #SinLUZ



Está también es una crónica de 2 malditos plátanos. Veámos.

Parte del BLOG: Se los Cuento con vergüenza: Vivo en Socialismo.

"Vecino, explíqueme usted, por qué el loco de "Tron" (en referencia a Donald Trump) no le ha dado ya un pepazo a Maduro", me preguntaba una vecina enardecida, evidentemente enojada después de pasar 4 días sin servicio eléctrico y contando.

Mi respuesta fue mesurada, apelando a lo poco que sé acerca de geopolítica y la desastrosa historia de las invasiones americanas en todo el mundo.

"Yo soy chavista", aclaraba la vecina y continuaba ella su queja, "pero este mal%&/"!&/# de Maduro, si lo tengo de frente lo ahorco yo misma, para que "Tron" me pague a mi".

El estado Zulia, donde resido, está en el extremo occidental del país, en la cola del tramo del tendido eléctrico que lleva este vital servicio desde la central hidroeléctrica del Guri hasta la sala de mi apartamentico.

Cualquier inconveniente que se presente en esos 1.029 kilómetros (Distancia de Maracaibo al Embalse del Guri) de tendido de cables y varias subestaciones eléctricas nos deja sin electricidad por un largo fucking time.

En Maracaibo tenemos varios meses sufriendo con este problema. Lo que es nuevo para el resto del país, ya nosotros tenemos maestría en ello. Sabemos que por ejemplo, cuando la electricidad se va a las 9:00 pm, el corte es programado. Podemos esperar que en máximo, las próximas 4 horas el servicio será restablecido. Pero también sabemos y sospechamos lo peor cuando se va la luz un jueves a las 5:40 pm en todo Maracaibo. Ya es para suponer lo peor: Apagón nacional.

Este primer apagón duró 5 días, al menos para la ciudad de Maracaibo. Así se llamaba inicialmente este relato. "Crónicas de 5 fucking days #SinLUZ. Pero lo malo estaba apenas por comenzar.

El segundo apagón inició un lunes a las 7:21 pm, el servicio eléctrico se cayó en toda la ciudad, lo logramos ver simplemente observando por la ventana de un apartamento en el piso 4: "esto es para rato", dije. Me llevé un tanganazo por ser pájaro del mal augurio.

Cuatro días después, un jueves caluroso de marzo, el servicio eléctrico fue restaurado. Si, que eficiencia, despés de 4 días, llegó la luz en Maracaibo, pero no se había enfriado muy bien el agua en los congeladores cuando en la madrugada, nuevamente, se fue la luz. Parece el coro de una canción, y así lo es. Mi hijo la canta.

Ahora, para resumir, este segundo mega apagón de marzo 2019 cuenta con 9 días discontinuos (con un lapso de unas 8 horas de luz) y posteriormente a ellos, vivimos jornadas de 15 horas continuas sin servicio eléctrico, con 9 horas que en teoría se cuenta con electricidad, pero entre ellas, hay intervalos de tiempo en el cual el servicio es interrumpido sin aviso, por lapsos de entre una hora o dos. Es una especie de programa de administración de carga sin ninguna secuencia lógica, esperada, mucho menos anunciada.

La desinformación era casi total. La mayoría eran rumores y comentarios de vecinos. Las únicas 3 emisoras radiales que se escuchaban estaban apegadas a una programación musical previamente grabada y que se repetía cada tanto tiempo. Las noticias en la radio consistían en los anuncios oficiales que hablaban de un ataque informático y magnético (durante el primer mega apagón) y de un ataque incendiario (con el segundo) y de absoluta normalidad. Pura paja gubernamental. Después del primer apagón me dispuse a escuchar uno de estos anuncios oficiales a ver si sacaba algo proactivo de dicha información y solo saqué a relucir una actitud reactiva al extremo cuando estando solo en mi cuarto dije: "MALPARIO". Grité inútilmente al televisor al escuchar a un pelón con lentes anunciando el restablecimiento del 100% del servicio de agua.

Algunos, los más ilusos, que viven de la esperanza que le ofrecen las palabras de los personeros del gobierno, se alegran cuando escuchan decir que "en Caracas ya llegó la LUZ". Ese es apenas el inicio de nuestros males. El gobierno, en estas emergencias, actúa como el cuerpo cuando está muriendo por hipotermia. Primero le corta el fluido sanguíneo a las extremidades condenándolas a la muerte para poder tener el corazón y el cerebro funcionando. Así pasa con zonas como el Zulia, Táchira o Falcón, los dejan sin electricidad para poder surtir de servicio eléctrico a Caracas.

Se imaginan que sucedería a los alrededores de Miraflores cuando los barrios de Caracas tengan 8 días sin luz?

Dormir sin electricidad en Maracaibo, durante varios días, es todo un tormento. En el Zulia no solo sufrimos de un calor que sobrepasa los 30 grados en la sombra, sino que los zancudos no nos perdonan. El problema no es tanto las picadas, sino el zumbido en el oído. ¿Por qué los mosquitos zumban en los oídos?. Me he formulado esa pregunta luego de estas largas jornadas nocturna acompañadas de esos cánticos de zancudos.

Y algunos fuera de la Venezuela socialistas se preguntarán como es vivir sin electricidad, cómo compramos comida sin punto de venta, sin efectivo ? y si no podemos comprar, qué comemos?. Imaginen una zona de guerra. esas que se ven en la película "El Pianista". Donde los protagonistas viven para intentar conseguir algo de comer, incluso, en los peores casos luchas por sobrevivir. Algo así.

Los primeros días comes de lo que tienes en la alacena. Lo refrigerado, que ya no lo está, lo puedes salar, comer, regalar, o comer descompuesto. Al poco tiempo, para poder comprar, sacas el poco efectivo que te queda, si es que en realidad lo hay. Comienzas a hacer ración de comida. Guardas del almuerzo un poco para la merienda, y de la cena un poco porque no sabes si el desayuno alcanzará para todos. Sacas el arrugado y deteriorado billete de 1 dólar (el dólar de la suerte) que está en la cartera. Reúnes esos dolaritos y los cambias por algo de pan, en el local de los chinos que te los aceptan por debajo del precio oficial. 2 dólares por 3 panes campesinos. Ese día tus hijos comen pan sin queso. Te enojas con el chino de la choza de la esquina por los altos precios y la especulación. Entiendes un poco la rabia colectiva. El resentimiento chavista. No compartes sus decisiones y acciones, pero lo entiendes. Yo por ejemplo, tuve mi altercado por 2 malditos plátanos.

Sucedió en un pequeño local comercial cercano a mi residencia. Era el único abierto y funcionando a media máquina con un punto de venta con señal wifi desde un celular previamente cargado. La señal era intermitente. Solo pasaban algunas tarjetas. Luego de 1 hora y media de esperar en la cola para pagar, ya cansados y sedientos, decidimos utilizar nuestro ultimo billete de la suerte. Compramos con este una Cocacola bien fría de botellita de 350 ml. Sabía a gloria. O al menos así lo percibí después de varios días tomando agua caliente y ahumada, y de varios meses sin probar una Cocacola. Literalmente se me hicieron agua los ojos. No se si fue por la satisfacción, o por la picante sensacional generada en la garganta por la espumante bebida. la cuenta debía ser completada por 2 plátanos, pero para ser entregados, yo debía cancelar Bs. 200 en diferencia, Esto por el punto de venta. Media hora después, dada la falta de señal wifi, el punto de venta fue mudado de sitio, pero el problema persistía. Unos 20 minutos después, ya oscureciendo, seguíamos allí, intentando con poco éxito, un gran grupo de personas, cancelar con nuestras tarjetas, con una señal telefónica y bancaria caprichosas. Al final, ya oscuro, temiendo a la inseguridad, decidimos irnos sin la mercancía, sin los 2 plátanos.

Al día siguiente regresé bien temprano con los Bs. 200 en efectivo con la intensión de llevarme los 2 plátanos para completar el desayuno. Sin embargo, la encargada se negó a entregarlos porque ella "no vio mi cara". La empleada estaba allí, pero su cara de duda generó mayores dudas en la encargada, y la dueña. la que tiene ese dólar en su bolsillo, tampoco. Ese día mis hijos comieron un desayuno un poco tarde (como a las 10:00 am) con arepas viejas y lentejas frías del días anterior. Regresé al medio día en busca de los plátanos, solicité una solución proactiva. Llamar a la dueña o apelar al vago recuerdo que tenía la empleada de mi caso, pero no funcionó. Ya en la tarde, en el tercer intento, fue la vencida, pero de mi paciencia. La dueña no estaba. Casi metí mi cabeza al local, por encima del mostrado, y descargué desmesuradamente un cúmulo de sentimientos de todo un día sin servicio eléctrico.

- "Por eso es que los saquean"

Le dije con voz alzada y continué una vez capturada su atención.

- "Por actitudes como esas. Segurito que el dólar si te está sobrando. Cómo es posible que estos muchachos hayan tenido que desayunar arepas viejas y lentejas frías por que vos sois incapaz de entregarme 2 malditos plátanos".

Palabras más, palabras menos, esa noche mis hijos cenaron con plátano.

Después de 5 días sin luz te quedas con pocas opciones. las opciones de comida están entre: Pasta sin queso para la cena, Arroz con huevo para el almuerzo, mango verde con azúcar para la merienda, lentejas frías en el desayuno y al final, arroz con queso. Digno de un país socialista. No lo estoy inventando. Mis hijos comieron ese variado menú.

Conseguir ese exceso de carbohidratos con huevo y queso no me salió gratis. Debí caminar todos los días, a veces a pleno sol del medio día, unos 14 kilómetros (una hora y media, ida y vuelta) para proveerme de los alimentos que a mi madre le surtían sus hermanas y sobrinos, quienes gracias a Dios cuentan con los recursos y las formas para ello, y mi madre amablemente compartía con mis hijos.

En la zona donde resido, para cocinar, es toda una proeza. Es volver a los tiempos de la leña y el fogón. No hay gas de cocina por tubería, la mayoría tenemos cocina eléctrica, la cual, sin luz no funciona. Algunos también tenemos bombona, pero esta en mala hora, se acaba. Nos toca entonces improvisar. Comencé colocando una parrilla en la reja de la ventana, pero por mala leche, el viento cambió, y todo el humo inundó el apartamento. Todos estábamos ahumados. La ropa, sábanas y paños.

Cocinar dentro de casa con carbones no es tan malo. hasta que los niños dejaban de comer o beber porque el arroz y el agua sabían a palo quemado.

Mi dolor y enojo llegó cuando vi al tierno Josué llorar porque ya no quería beber agua ahumada y tibia. El agua caliente no quita la sed y te da fatiga. Yo la tomaba por sorbos para aguantar, pero el muchacho no. Llegamos al extremo de tomarnos un vino que tenía en la nevera como 6 años. La estábamos guardando para una ocasión especial. Esta era una. O nos tomábamos el vino o nos moríamos de sed. Tampoco quería seguir tomando café frió. Fue entonces cuando a esos 14 kilómetros de recorrido a casa de mamá le agregué la dificultad de cargar conmigo 11 litros de agua hervida que mi padre se encarga de hervir a diario. Ellos si tienen gas de tubería. Yo con ese peso encima, me toco pedir cola. Caminaba unos 4 kilómetros hasta una zona con suficiente fluido vehicular. Comprobé que aunque es difícil, de 30 chóferes, al menos uno de ellos te dará el empujón.

Algunos te montan confundiéndote con algún conocido, y después que estas adentro del vehículo, se dan cuenta del error. Tu lo percibes por la expresión de su rostro. Quién es este? dice su mirada. Me llegó a pasar. Otros te llevan porque la bondad así los empuja. Me dio la cola un grupo de evangélicos. Atrás de la camioneta, conmigo, iba un grupo de chamos, quienes me venían predicando. Yo también lo soy, no se los quise manifestar. Los dejé expresarse con libertad, para que desarrollaran esa práctica. Me brindaron unas empanadas frías que traían quizás desde temprano en la mañana. Un grupo de trabajadores me dieron un empujón por un corto tramo, yo caminé parte del resto, pero una media hora después me conseguí al mismo grupo de trabajadores que me llevó más adelante de mi recorrido. Extrañas coincidencias.

Me tocó también cocinar con leña. Los carbones que tenía en la reserva ya se habían terminado. Entre varios vecinos levantamos un improvisado fogón. Al principio todo pareció chevere. Que rico, estar en socialismo compartiendo un fogón comunitario (Sarcasmo on). Como el fogón se congestionaba, había que cocinar por turnos. En una oportunidad le di un susto a casi todos los vecinos de un ala del edificio. Con el primer cielo azul oscuro de la madrugada (aun sin salir el sol), corrí a encender la madera, alertando y alterando a todos los perros de la localidad. Los pobres vecinos que habían pasado una mala noche entre el calor y los zancudos, fueron despertados por un loco que alteraba a los perros a las 6 am aproximadamente, encendiendo una fogata.

El problema inició cuando se estaba acabando la leña. Pasas a romper los lampazos viejos y a usar el palo de la piñata para mantener el fuego activo. Me salté para una casa abandonada por unos vecinos que emigraron para buscar los troncos secos de un árbol de mango. También utilizamos las estacas que sostenían las plantas; las conchas de los almendrones secos, las estillas de los troncos previamente cortados, hasta la madera sobrante de las camas de los niños estuve tentado a utilizar. La situación generaba una extraña manía de ver tentador cada uno de los troncos que veía en todo basurero cerca por el cual deambulada de camino a casa de mamá. Son cosas de locos, cosas de socialismo.

"Palomita que se vea se convierte en objetivo militar", comentó jocosamente un vecino ante la falta de proteína animal en los expendio de comida, intentando presentar al flaco cuerpo pajarito como fuente de ella.

Vuelvo a nombrar a esta vecina chavista que se preguntaba por qué "Tron" no le había dado un pepazo a Maduro. Esta vez es por el tema de la comida. Ella al parecer no sufrió tanto como mis hijos. A su marido, un militar jubilado, miembro de la Dirección de Inteligencia Militar, yo lo observé desde mi ventana con vidrios polarizados como cada día llegaba con una caja distinta (o bolsa) en donde llevaba comida. Cajas Clap que dan a los militares a manos llenas para mantenerlos distraídos y contentos. En ese lapso compró una planta eléctrica, necesaria para mantener refrigerados unos cuantos kilos de carne que tienen en una cava. Cuánto es el sueldo de un militar retirado y miembro del DIM?. Puede sostener ese nivel de gasto?. Allí está quizás la respuesta a la pregunta que se hacen muchos opositores en la Venezuela socialista. Por qué los militares no le retiran el apoyo al gobierno?
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