Énder Arenas Barrios / Diario La Verdad
Hace solo un año, Henry Ramos se transformó en el ídolo de todas las generaciones de venezolanos mayores de 15 años. Todos los venezolanos estaban locos para dibujar corazones en sus twitter, en sus mensajes. La gente gritaba hurras a cada expresión rebelde de Ramos. Pero los corazones en los mensajes de Ramos fueron efímeros. Era lógico, bastaba que Ramos, el político, verbalizara racionalidad como elemento fundamental de la política para que Ramos perdiera el amor de la gente. También era lógico porque el país y sus paisanos han vivido en y del drama desde años ancestrales, solo que Chávez le devolvió al drama una presencia sólida que se escapó de las radionovelas, de las fotonovelas y de las telenovelas y las entronizó a todo lo que hacíamos y dejáramos de hacer. De allí que el venezolano piense que el único crimen justificable es el crimen pasional. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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