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El peo que le estaba formando por teléfono el doctor a la operadora telefónica del banco no era normal. Probablemente esto terminó mal, a alguien iban a botar en ese banco ese día.
Hace algunos años vi una película muy famosa que de seguro usted que está leyendo este artículo la vio. Se llamaba Cadena de Favores. Se trataba de la vida de un niño de padres separados cuyo proyecto educativo consistía en hacer dos favores a personas que no podrían hacerlo por si mismas y que lo necesitaran de verdad, con la única condición de que la persona beneficiada hiciera dos favores bajo las mismas condiciones, al final, se formaría una hermosa cadena de favores que ayudaría a mejorar la vida de las personas.
Pues resulta que ese día que comencé a describir en principio, vi algo totalmente diferente a esta cadena de favores, cuando analizando las causas y consecuencias de esa llamada telefónica imaginé una realmente perjudicial Cadena de Presiones.
Aconteció que el doctor en cuestión había recibido una llamada nada grata apenas unos segundos antes, cuando estando en su consulta matutina, atendiendo una paciente estresada por la difícil situación del país, recibió un maltrato emocional casi llegando a una humillación vía telefónica por parte de una empleada de un banco quien de una forma un poco tosca dejaba por mentiroso al doctor, esbozando que sus razones para no haber cancelado una cuota de un crédito personal no eran nada creíbles por X o por Y razones, llegando incluso a trancar la llamada, dejando con la palabra en la boca al doctor cuando la discusión se tornaba improductiva, fastidiosa, y lo peor, a tornarse agresiva.
Resulta que en estos tiempos difíciles, cuando las ventas caen y con ellas las comisiones, los deudores se atrasan o no pagan, PDVSA no paga y hasta expropia la empresa donde trabajas, y la morosidad con todos nuestros acreedores es el pan de cada día, entonces comienza un juego dominado por las reglas de la racionalidad económica en el que el deudor retrasa sus pagos, muchas veces con un propósito económico lógico, y por otra parte, a quien le deben intenta por todos los medios cobrar todas sus acreencias.
Entonces, imaginen el escenario dentro del departamento de cobranza de un banco, que básicamente, en la mayoría de los casos trabaja con créditos (deudas), imagínense al gerente de cobranza de una ciudad en particular ejerciendo presión sobre los ejecutivos diciéndoles y aconsejándoles las maneras permitidas y prohibidas (en este caso todo válido y permitido) de recuperar un crédito. “Llamen, insistan, presionen, hasta insulten sutilmente si es el caso”. Y quizás esté exagerando pero no estoy muy lejos de la realidad si imaginamos la forma como está siendo presionado el susodicho gerente de cobranza por parte del Vicepresidente ejecutivo, quien tiene diversas razones para presionar a sus gerentes cuando ve como descienden los ingresos financieros del banco y por ende sus comisiones, pero no solo eso, también peligra su propio cargo, ya que se rumorea que el dueño del banco está considerando solicitar su renuncia dada la subida en los índices de morosidad y que se está viendo afectada la estabilidad financiera del banco.
Y yo no quisiera llegar al punto de la política pero es casi inevitable, a pesar de que los chavistas digan que los escuálidos creen que todo lo malo que pasa en este país en culpa de Chávez, pero solo imagínense los niveles de estrés del dueño del banco cuando escucha a Chávez en cadena de radio y televisión diciendo, “banco que se resbale me lo raspo”, y haciendo honor a sus palabras, expropia media docena de bancos que son nada más y nada menos propiedad de financistas de su propia revolución, mayor razón del banquero privado para asustarse y presionar a sus vicepresidentes.
Así que podemos imaginar la cadena de presiones más hacia arriba o más hacia abajo, yo solo termino esta corta reflección preocupándome repentinamente por la mala noche que pasaría el novio de la ejecutiva del banco que probablemente fue despedida y pagó su mal día con el pobre hombre.
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