Octavio Montiel
Rosales, te debo una
y es hora de que te pague.
Esto es para que se cague
el cielo, el sol y la luna.
He tenido la fortuna
de ver a un líder valiente
sacar su honor y su frente
incólumes del chiquero
que maneja el pandillero
cayapero y delincuente.
Tu verdad efervescente,
detallada de burbujas,
obnubiló a esos granujas
de manera contundente.
Qué vaina tan elocuente
tus respuestas preguntando.
Pusiste el cómo y el cuándo
y el qué de interrogación.
Paradójica ocasión
de un acusado acusando.
Manuel, estoy disfrutando,
no sabes de qué manera,
mirar que a la madriguera
la verdad le va llegando.
Y es que se está equivocando
el hijo de Satanás.
Todo le marcha hacia atrás
con idéntica potencia
al punto de vehemencia
que haya en su verbo procaz.
La lección que a mí me das
es que así como algún día alguien ganó
simpatía por oportuno y locuaz,
tú vas a merecer más
en los libros de la historia,
por enfrentar a la escoria
de forma civilizada.
Y pensar que "el camarada"
es quien te otorga la gloria.
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