La historia contemporánea de Venezuela ha demostrado que los segundos gobiernos no terminan nada bien, al menos así sucedió durante el Puntofijismo, período durante el cual, Caldera y Carlos Andrés fueron reelegidos como presidente, 10 años después de su primera presidencia y cuyo segundo periodo se vio marcado por un alto descontento popular y unas cifras económicas y sociales grises, con algunas excepciones en lo económico de un periodo bueno de un año (después del paquete de Carlos Andrés hubo un año de un tremendo crecimiento, al igual que un año después de la apertura petrolera de Caldera).
En la práctica, Hugo Chávez ha sido elegido tres veces incluyendo la reafirmación de los poderes después de la constituyente, ha sido reafirmado en una oportunidad en el revocatorio (plebiscito), ha ganado tres elecciones parlamentarias (incluyendo la del boicot de la oposición), pero teóricamente, solo ha sido elegido presidente en dos oportunidades, 1998 y 2006.
Podría concluirse entonces que este es el segundo periodo presidencial de Hugo, y debería ser el último según la constitución actual, sin embargo, con la excusa de la búsqueda de un cambio en la sociedad venezolana hacia el etéreo “Socialismo del Siglo XXI”, Chávez aprovechará la oportunidad de un cambio en la Constitución para hacer legal su reelección indefinida (continua según Cilia) para ser nuevamente presidente de los venezolanos; eso solo si Dios, la fuerza de la historia y el pueblo de Venezuela se lo permiten.
Ante esta situación, los estudiosos dela historia, y los que creen en el carácter cíclico de esta se preguntarán: ¿Será este segundo periodo presidencial de Hugo Chávez el peor y ultimo de sus periodos presidenciales?, por supuesto, aceptando todos los cambios y matices que se le pueda dar a esta pregunta.
Es muy cierto que las circunstancia vividas durante los segundos periodos de Caldera, CAP y Chávez no son las mismas; que el apoyo popular a uno y otro tiene ciertas diferencias; que las cuotas de poder en las instituciones del Estado están abruptamente a favor de Hugo, mas no así estuvieron a favor de CAP; que las condiciones económicas, aunque con los mismos síntomas, han sido mejores para Hugo que para sus antecesores; que el entorno internacional era más favorable hacia Caldera que hacia Hugo; y que las tendencias políticas son diametralmente opuestas; sin embargo, hay un factor común donde se mueven todos los actores de la sociedad y que por si solo mueve los cimientos de todo sistema político, permite ganar o perder guerras, hace enardecer las masas populares, y tumba cualquier gobierno: la economía, la cual es inexorablemente, y más aun en el largo plazo, cíclica.
Este es el karma de la economía venezolana y su dependencia al factor petróleo, y por ende el karma de todo gobierno, pero las crisis resurgen cuando este factor se une con el intento de financiamiento de un Estado de tamaño desproporcionado. El modelo puntofijista se agotó con la incapacidad del modelo petrolero para sostener el gigantesco aparato estatal, clientelar y corrupto, que creció de manera desproporcionada a lo largo de los 40 años posteriores a la caída de Pérez Jiménez. Existió un intento en vano de desmontar este Estado benefactor, durante el proceso de privatizaciones de empresas del Estado establecidas en el paquete de medidas del FMI de Carlos Andrés. Sin embargo, el Chiripero de Caldera trajo consigo el aumento exponencial del clientelismo político y el crecimiento casi inmanejable del Estado venezolano.
Hoy en día estos síntomas están más presentes que nunca, estamos volviendo a la década de los 80 del siglo anterior, con un Estado empresario, intervencionista, protector, controlador, clientelar y corrupto; el cual solo puede ser financiado por los mayores ingresos petroleros de la historia, lo cual representa una burbuja dentro del cual todo es bonanza y abundancia de petrodólares, pero fuera de ella se están generando cambios en diversos frentes de los que puedo comentar dos, por una parte, las grandes economías consumidoras de hidrocarburos están yendo hacia la utilización de nuevas formas de generación de energía más baratas y menos contaminantes que el petróleo, y por la otra, los cambios políticos en el gigante del norte, con un probable gobierno demócrata, con Hilary Climpton a la cabeza, más pacifista, más social, con una tendencia a minimizar los conflictos bélicos en medio oriente y un acercamiento a América Latina, incluyendo Venezuela, y lo más importante, con poco o ningún interés directo en el negocio petrolero, como es el caso de la familia Bush.
Muchos factores apuntan a que Hugo Chávez no las va a tener todas consigo después del 2007, y casi todos los elemento que intervienen en la sociedad, el político, el social, el histórico, el internacional, y sobre todo, el económico, apuntan a que a Hugo no le conviene un tercer periodo presidencia de manera continua, ya que este sería su suicidio político y la posibilidad de que sea execrado de por vida del plano político nacional. Únicamente elementos antidemocráticos podrían asegurarle una convulsionada y nada fácil estadía en el poder después del año 2012.
En la práctica, Hugo Chávez ha sido elegido tres veces incluyendo la reafirmación de los poderes después de la constituyente, ha sido reafirmado en una oportunidad en el revocatorio (plebiscito), ha ganado tres elecciones parlamentarias (incluyendo la del boicot de la oposición), pero teóricamente, solo ha sido elegido presidente en dos oportunidades, 1998 y 2006.
Podría concluirse entonces que este es el segundo periodo presidencial de Hugo, y debería ser el último según la constitución actual, sin embargo, con la excusa de la búsqueda de un cambio en la sociedad venezolana hacia el etéreo “Socialismo del Siglo XXI”, Chávez aprovechará la oportunidad de un cambio en la Constitución para hacer legal su reelección indefinida (continua según Cilia) para ser nuevamente presidente de los venezolanos; eso solo si Dios, la fuerza de la historia y el pueblo de Venezuela se lo permiten.
Ante esta situación, los estudiosos dela historia, y los que creen en el carácter cíclico de esta se preguntarán: ¿Será este segundo periodo presidencial de Hugo Chávez el peor y ultimo de sus periodos presidenciales?, por supuesto, aceptando todos los cambios y matices que se le pueda dar a esta pregunta.
Es muy cierto que las circunstancia vividas durante los segundos periodos de Caldera, CAP y Chávez no son las mismas; que el apoyo popular a uno y otro tiene ciertas diferencias; que las cuotas de poder en las instituciones del Estado están abruptamente a favor de Hugo, mas no así estuvieron a favor de CAP; que las condiciones económicas, aunque con los mismos síntomas, han sido mejores para Hugo que para sus antecesores; que el entorno internacional era más favorable hacia Caldera que hacia Hugo; y que las tendencias políticas son diametralmente opuestas; sin embargo, hay un factor común donde se mueven todos los actores de la sociedad y que por si solo mueve los cimientos de todo sistema político, permite ganar o perder guerras, hace enardecer las masas populares, y tumba cualquier gobierno: la economía, la cual es inexorablemente, y más aun en el largo plazo, cíclica.
Este es el karma de la economía venezolana y su dependencia al factor petróleo, y por ende el karma de todo gobierno, pero las crisis resurgen cuando este factor se une con el intento de financiamiento de un Estado de tamaño desproporcionado. El modelo puntofijista se agotó con la incapacidad del modelo petrolero para sostener el gigantesco aparato estatal, clientelar y corrupto, que creció de manera desproporcionada a lo largo de los 40 años posteriores a la caída de Pérez Jiménez. Existió un intento en vano de desmontar este Estado benefactor, durante el proceso de privatizaciones de empresas del Estado establecidas en el paquete de medidas del FMI de Carlos Andrés. Sin embargo, el Chiripero de Caldera trajo consigo el aumento exponencial del clientelismo político y el crecimiento casi inmanejable del Estado venezolano.
Hoy en día estos síntomas están más presentes que nunca, estamos volviendo a la década de los 80 del siglo anterior, con un Estado empresario, intervencionista, protector, controlador, clientelar y corrupto; el cual solo puede ser financiado por los mayores ingresos petroleros de la historia, lo cual representa una burbuja dentro del cual todo es bonanza y abundancia de petrodólares, pero fuera de ella se están generando cambios en diversos frentes de los que puedo comentar dos, por una parte, las grandes economías consumidoras de hidrocarburos están yendo hacia la utilización de nuevas formas de generación de energía más baratas y menos contaminantes que el petróleo, y por la otra, los cambios políticos en el gigante del norte, con un probable gobierno demócrata, con Hilary Climpton a la cabeza, más pacifista, más social, con una tendencia a minimizar los conflictos bélicos en medio oriente y un acercamiento a América Latina, incluyendo Venezuela, y lo más importante, con poco o ningún interés directo en el negocio petrolero, como es el caso de la familia Bush.
Muchos factores apuntan a que Hugo Chávez no las va a tener todas consigo después del 2007, y casi todos los elemento que intervienen en la sociedad, el político, el social, el histórico, el internacional, y sobre todo, el económico, apuntan a que a Hugo no le conviene un tercer periodo presidencia de manera continua, ya que este sería su suicidio político y la posibilidad de que sea execrado de por vida del plano político nacional. Únicamente elementos antidemocráticos podrían asegurarle una convulsionada y nada fácil estadía en el poder después del año 2012.
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