Mercedes E. Rojas Páez-Pumar / @merce_rojas / Banca y Negocios
No hay quien se resista al olor del pan recién salido del horno. El aroma invita a los peatones caraqueños, que transitan las afueras de una panadería ubicada en una concurrida zona del este capitalino, a entrar al local para batallar por dos escuetas y pálidas canillas. El factor sorpresa no tarda en ser revelado: los peatones no conseguirían pan sino codiciados productos de la escasez “por bojotes”. Una vez dentro del local, los posibles compradores son recibidos por un hombre que dejó los buenos modales en casa. Azúcar, arroz, aceite y pasta italiana engalanan los anaqueles. La lista de precios se improvisó sobre una cartulina que reza: CLIC AQUI para seguir leyendo...
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