Alexander Cambero / Noticiero Digital
Lo de Henry Ramos Allup el día de la presentación de la Memoria y Cuenta del presidente Nicolás Maduro fue una verdadera lección de política con mayúsculas.
Sin acudir al mercado del insulto o la vejación personal hizo una radiografía de nuestra realidad sin la necesidad de sobornar al griterío. Mostró capacidad y brillantez para enrostrarle al régimen las más duras verdades. No necesitó de la altanería para llamar la atención. Fue rebatiendo cada uno de los dislates gubernamentales hasta dejarlos desnudos y sin argumentos en cadena nacional. Solo le bastó quince minutos para desmontar el vacio discurso presidencial de horas. El rostro de la bancada oficialista era un poema. Acusaron el golpe en lo profundo del alma; magistral cuando habló de la polémica generada por sacar del cuerpo los cuadros de Hugo Chávez y su versión testimonial del Libertador Simón Bolívar. Un anodino Maduro escuchaba atentamente las reflexiones de Ramos Allup; parecía hundirse en su sillón cuando la realidad le quitó la careta a la mentira. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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