Desde cuándo miente el presidente?. Mentía acaso el candidato Chávez en aquella famosa entrevista de Jaime Baily donde respondía negativamente a los señalamientos que le ligaban al socialismo, así como aquella a Univisión cuando negaba las posibles nacionalizaciones de empresas privadas en un gobierno suyo; al igual que a sus presuntas intensiones de perpetuarse en el poder. Acaso mentía descaradamente Chávez cuando negaba el carácter democrático del régimen cubano?, o es que debemos suponer que eran respuestas conectadas a las circunstancias y el momento histórico (y lo que las encuestas enseñaban conveniente decir).
Ahora bien, por qué la gente miente?, por temor a la verdad?. “La mentira es el refugio de los cobardes”, se dice sabiamente de aquellos que quieren ocultar la verdad por temor a ser vituperados. Tal vez por falta de integridad?, o por un beneficio propio?, sea cual sea el motivo del mentir, es uno de los actos más condenables, que genera conflicto, dolor y desunión entre los individuos.
Sin embargo, aunque parezca asombroso, el individuo común miente más veces en el día que las veces que ingiere alimentos. Toda persona miente al menos seis veces al día, por supuesto, esta estadística incluye las llamadas mentiras piadosas.
Por ejemplo, quién, a pesar de las circunstancias, no ha respondido ante un simple saludo: “Cómo estás?”, la típica respuesta de salir de paso: “Bien”; o hay aquellos cuyo positivismo les impide dar una respuesta veraz y detallada, y más bien expresan elocuentemente que “todo está excelente, de maravilla”. Esto no hace daño a nadie más que en muy pocas ocasiones la intriga por la falta de confianza y franqueza.
Pero el asunto no es tan sencillo e inofensivo más considerando que la mentira tiene piernas cortas, estas no se valen por si mismas. Para lograr sostener una mentira, un hombre o una mujer, en la mayoría de las ocasiones, debe crear otra mentira, y esta a su vez genera otra que sostiene en algún aspecto la segunda. Ya esto no es una mentira piadosa, es una secuencia peligrosa de ellas, y generalmente afecta a muchas personas, trayendo consigo desunión y conflictos. Cuando en la secuencia de mentiras una de ellas cae, entonces comenzamos a sospechar sobre la veracidad de la mentira (o comentario) inicial.
Cómo puede sostenerse una mentira acerca de un matrimonio escondido? Bueno, se han visto casos. Pero yendo al caso en boga, cómo puede un presidente que se hace llamar demócrata mentir (ocultar) y sostener una mentira (seguir mintiendo) acerca de su relación con las terroristas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Cómo se puede justificar una relación y un presunto apoyo logístico, financiero, militar, político y moral a un grupo armado considerado como criminal por la mayoría de los países demócratas del planeta.
Sencillamente no se puede. La estrategia a seguir por el mentiroso es intentar desprestigiar al acusador y sacar los trapitos sucios de otros involucrados o engañados, ejemplo, los congresistas colombianos involucrados con los paracos, quienes por cierto, están siendo juzgados por la justicia colombiana, lo que debería servir de ejemplo al sistema judicial venezolano.
Señor presidente, esto no es una mentira piadosa. Si nos va a mentir, no nos trate como si fuéramos idiotas. Su empatía por las FARC no solo le afecta a usted y a los que le apoyan, su apego a este grupo criminal puede afectar la paz en toda la región, trayendo conflictos e inestabilidad a la vida de millones de latinoamericanos y particularmente a colombianos y venezolanos que más bien buscan acabar con la conflictividad, la extorsión, el secuestros y el narcotráfico que estos grupos radicales han traído a nuestros países.
Dios nos libre de que Venezuela sea declarado un país terrorista, más bien espero que antes que eso llegue, tenga dignidad y ponga su cargo a disposición de los venezolanos y pague sus errores y sus mentiras usted solito. Hágalo por sus hijos y por los hijos de todos los venezolanos. Hugo Chávez, renuncie.
Ahora bien, por qué la gente miente?, por temor a la verdad?. “La mentira es el refugio de los cobardes”, se dice sabiamente de aquellos que quieren ocultar la verdad por temor a ser vituperados. Tal vez por falta de integridad?, o por un beneficio propio?, sea cual sea el motivo del mentir, es uno de los actos más condenables, que genera conflicto, dolor y desunión entre los individuos.
Sin embargo, aunque parezca asombroso, el individuo común miente más veces en el día que las veces que ingiere alimentos. Toda persona miente al menos seis veces al día, por supuesto, esta estadística incluye las llamadas mentiras piadosas.
Por ejemplo, quién, a pesar de las circunstancias, no ha respondido ante un simple saludo: “Cómo estás?”, la típica respuesta de salir de paso: “Bien”; o hay aquellos cuyo positivismo les impide dar una respuesta veraz y detallada, y más bien expresan elocuentemente que “todo está excelente, de maravilla”. Esto no hace daño a nadie más que en muy pocas ocasiones la intriga por la falta de confianza y franqueza.
Pero el asunto no es tan sencillo e inofensivo más considerando que la mentira tiene piernas cortas, estas no se valen por si mismas. Para lograr sostener una mentira, un hombre o una mujer, en la mayoría de las ocasiones, debe crear otra mentira, y esta a su vez genera otra que sostiene en algún aspecto la segunda. Ya esto no es una mentira piadosa, es una secuencia peligrosa de ellas, y generalmente afecta a muchas personas, trayendo consigo desunión y conflictos. Cuando en la secuencia de mentiras una de ellas cae, entonces comenzamos a sospechar sobre la veracidad de la mentira (o comentario) inicial.
Cómo puede sostenerse una mentira acerca de un matrimonio escondido? Bueno, se han visto casos. Pero yendo al caso en boga, cómo puede un presidente que se hace llamar demócrata mentir (ocultar) y sostener una mentira (seguir mintiendo) acerca de su relación con las terroristas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Cómo se puede justificar una relación y un presunto apoyo logístico, financiero, militar, político y moral a un grupo armado considerado como criminal por la mayoría de los países demócratas del planeta.
Sencillamente no se puede. La estrategia a seguir por el mentiroso es intentar desprestigiar al acusador y sacar los trapitos sucios de otros involucrados o engañados, ejemplo, los congresistas colombianos involucrados con los paracos, quienes por cierto, están siendo juzgados por la justicia colombiana, lo que debería servir de ejemplo al sistema judicial venezolano.
Señor presidente, esto no es una mentira piadosa. Si nos va a mentir, no nos trate como si fuéramos idiotas. Su empatía por las FARC no solo le afecta a usted y a los que le apoyan, su apego a este grupo criminal puede afectar la paz en toda la región, trayendo conflictos e inestabilidad a la vida de millones de latinoamericanos y particularmente a colombianos y venezolanos que más bien buscan acabar con la conflictividad, la extorsión, el secuestros y el narcotráfico que estos grupos radicales han traído a nuestros países.
Dios nos libre de que Venezuela sea declarado un país terrorista, más bien espero que antes que eso llegue, tenga dignidad y ponga su cargo a disposición de los venezolanos y pague sus errores y sus mentiras usted solito. Hágalo por sus hijos y por los hijos de todos los venezolanos. Hugo Chávez, renuncie.
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