De entrada considero que este 1º de mayo será decretado un nuevo salario mínimo con un aumento que podrá estar rondando el 30%, considerando factores tales como el nivel de inflación del año 2007, el estimado de inflación de este año, el acostumbrado populismo en un año electoral, los altos precios del petróleo, las presiones de los sindicatos, entre otros.
Estamos en un momento particular con circunstancias económicas que permiten decir que una minoría de la población devenga salario mínimo, por lo que un aumento del 30% en el mismo generaría un bajo impacto en los niveles de precios. Solo empresas muy pequeñas de bajo flujo de ingresos y de ventas cancelan salario mínimo a sus empleados. También el sector público, en muchos casos, las nuevas contrataciones de personal no profesional se presta para esta condición laboral en base a salario mínimo.
Ha quedado demostrado históricamente que la variable que genera una mayor repercusión en los niveles de precios es el tipo de cambio, tanto el oficial como el paralelo. Cuando el precio del dólar permanece estable, bien sea de manera artificial o por la libre flotación en el mercado, los precios se mueven de manera moderada. Cuando se dispara de forma abrupta el precio de la divisa, los precios de los bienes y servicios pueden alcanzar niveles hiperinflacionarios.
Un ejemplo de esto han sido los últimos tres meses, cuando el dólar paralelo ha experimentado una disminución en su cotización y dicha tendencia se ha reflejado en la desaceleración de los precios (ojo, no hay disminución, sino más bien desaceleración).
Considerando todos estos factores no es descabellado concluir en un aumento de tal magnitud. Ahora bien, aunque el aumento estaría por encima de los niveles de inflación, lo que supondrían un aumento en el ingreso real de quienes devengan salario mínimo, este aun está muy lejos de las expectativas de los sindicatos (Bs.F. 1.000) ya que el mismo alcanzaría apenas los Bs.F.800. Del mismo modo, el nuevo salario mínimo estaría aun más lejos de alcanzar el costo de la canasta alimentaria, que según el Centro de Documentación para los Trabajadores (Cenda) alcanzaba para el mes de marzo del presenta año los Bs.F. 1.220 (según INE su valor es de Bs.F. 682,46).
En todo caso, antes de considerar la magnitud del aumento se debe propiciar un consenso gobierno-trabajadores-empresa, una tripartita como la establece la Ley del Trabajo, con el fin de establecer el salario justo y apropiado según las necesidades de la población y la posibilidad de los sectores empresariales según su tamaño; y al mismo tiempo se establezca un consenso para contener el aumento de precios en función de permitir una verdadera justicia social en un ambiente de competitividad y crecimiento del sector empresarial.
Estamos en un momento particular con circunstancias económicas que permiten decir que una minoría de la población devenga salario mínimo, por lo que un aumento del 30% en el mismo generaría un bajo impacto en los niveles de precios. Solo empresas muy pequeñas de bajo flujo de ingresos y de ventas cancelan salario mínimo a sus empleados. También el sector público, en muchos casos, las nuevas contrataciones de personal no profesional se presta para esta condición laboral en base a salario mínimo.
Ha quedado demostrado históricamente que la variable que genera una mayor repercusión en los niveles de precios es el tipo de cambio, tanto el oficial como el paralelo. Cuando el precio del dólar permanece estable, bien sea de manera artificial o por la libre flotación en el mercado, los precios se mueven de manera moderada. Cuando se dispara de forma abrupta el precio de la divisa, los precios de los bienes y servicios pueden alcanzar niveles hiperinflacionarios.
Un ejemplo de esto han sido los últimos tres meses, cuando el dólar paralelo ha experimentado una disminución en su cotización y dicha tendencia se ha reflejado en la desaceleración de los precios (ojo, no hay disminución, sino más bien desaceleración).
Considerando todos estos factores no es descabellado concluir en un aumento de tal magnitud. Ahora bien, aunque el aumento estaría por encima de los niveles de inflación, lo que supondrían un aumento en el ingreso real de quienes devengan salario mínimo, este aun está muy lejos de las expectativas de los sindicatos (Bs.F. 1.000) ya que el mismo alcanzaría apenas los Bs.F.800. Del mismo modo, el nuevo salario mínimo estaría aun más lejos de alcanzar el costo de la canasta alimentaria, que según el Centro de Documentación para los Trabajadores (Cenda) alcanzaba para el mes de marzo del presenta año los Bs.F. 1.220 (según INE su valor es de Bs.F. 682,46).
En todo caso, antes de considerar la magnitud del aumento se debe propiciar un consenso gobierno-trabajadores-empresa, una tripartita como la establece la Ley del Trabajo, con el fin de establecer el salario justo y apropiado según las necesidades de la población y la posibilidad de los sectores empresariales según su tamaño; y al mismo tiempo se establezca un consenso para contener el aumento de precios en función de permitir una verdadera justicia social en un ambiente de competitividad y crecimiento del sector empresarial.
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