Lejos de lo que se dice, veo un futuro gris en Colombia

En una entrevista publicada por el Diario El Tiempo de Colombia, José Obdulio Gaviria, asesor presidencial, hizo un interesante análisis sobre la situación actual de las FARC en donde comenta:

“Las Farc actúan hoy como cuatro grandes bandas, dispersas, itinerantes y que no tienen un núcleo que las una”

Ante este hecho, creo que el problema de las FARC aun no termina en Colombia, por el contrario, el hecho de que se conviertan en varios grupos aislados con liderazgos locales, hace que la causa del problema se atomice, haciendo más difícil la solución del conflicto.

Ahora bien, no estoy seguro si es apropiado llamarlo conflicto, ya que no se trata de una guerra de un estado contra otro, de una nación contra otra, de una guerra civil, no, es más parecido a la lucha contra el hampa común pero con el agravante de que esta está bien organizada localmente, con un gran número de hombres y bien armada, además de financiada por actividades como el narcotráfico y el secuestro.

El alto flujo de dólares que pueda generar el narcotráfico combinado con la fortaleza armada que estos grupos poseen implican estímulos a la reorganización de los mismos con otros propósitos diferentes a las viejas luchas de los guerrilleros de izquierda.

Ahora bien, según la izquierda venezolana, incluyendo al presidente, son precisamente estos los objetivos que mueven a la insurgencia de izquierda colombiana, en otra palabras, para el gobierno venezolano el conflicto de Colombia está lejos de ser una lucha contra terroristas que se financian con el narcotráfico y el secuestro, incluso de venezolanos, lo que considero es una postura o muy inocente o alcahueta, y es en gran manera irresponsable y reprochable apoyar a estos grupos armados bajo la pobre y desgastada premisa de que las FARC y el ELN conforman una “guerrilla de izquierda en contra intereses oligarcas”.

Una solución política al conflicto será lo mejor en este caso. Sería conveniente que exista uno o varios líderes fundamentales que encarrilen esas “bandas dispersa” con quienes se puedan llegar a verdaderos acuerdos en el plano político. Sin embargo, como van las cosas, y con el asesinato de líderes fundamentales de las FARC, el futuro de Colombia lo veo muy gris (por no decir negro) trayendo consigo sus inevitables efectos colaterales a las provincias venezolanas fronterizas con Colombia.