Se vive una época en la que hay una percepción de bonanza perpetua, de que en lo económico todo va de bien a mejor, y que el futuro será grandioso desde el punto de vista material, en la mente de muchos el pasado económico oscuro y el viernes negro murió con la “cuarta” república. Esta percepción esta enraizada particularmente en aquellas personas que apoyan y confían en el gobierno de Hugo Chávez.
Y es que realmente en la actualidad existe un gran flujo económico impulsado por el gasto publico el cual está financiado a su vez por altos ingresos petroleros y el uso incontrolado y antieconómico de las reservas internacionales.
Quizás muchos lo hayan olvidado, yo particularmente ni siquiera lo viví, era aun muy niño, pero el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez vivió una etapa muy parecida a la que se vive hoy en día, cuando el gobierno “regalaba” créditos para maquinarias para el agro y autos Dodge Dart para el trabajador del tráfico.
Debe ser doloroso, irracional, bizarro y hasta confuso que se le diga a un chavista la frase: este gobierno es igualito al de Carlos Andrés Pérez.
Sin embargo, cualquier economista serio puede analizar la economía venezolana y darse cuenta que hay verdaderos indicios de un cáncer latente en ella que ni siquiera se intenta aliviar con una mínima ración de raciocinio económico. Me refiero a la altísima y creciente dependencia a los fluctuantes ingresos provenientes de la renta petrolera. Mal que hace exactamente 30 años, durante el gobierno de Cap, padecía la economía venezolana.
Volviendo al tema psicosocial y a la percepción de bonanza, para muchos venezolanos hay una sensación similar a la experimentada durante el mes de diciembre, cuando todos (o casi todos) cobran utilidades o aguinaldos, y eso les genera al menos una tranquilidad material y colchón económico. Para muchos esa misma sensación les llega incluso más frecuentemente, los quince y los últimos, cuando son liberados de la tensión y la estrechez económica de los tres o cuatro días previos a la llegada de la quincena. Ahora bien, a todo diciembre le llega su enero, y a todo quince le llega su 25. Es en gran manera errado el pensar que la actual situación nos este indicando que estemos en el camino correcto.
Me limitare a nombrar cinco elementos que avizoran un desastre económicos por venir. Primero, la base financiera de la economía, la renta petrolera, es históricamente y por lógica económica fluctuante; en segundo lugar, la economía no ha logrado diversificarse; tercero, las instituciones financieras tienen una buena base de activos financieros constituidas por bonos de un gobierno que solo les podrá pagar si ellas les compran más bonos, en cuarto lugar, la deuda externa casi se ha cuadruplicado, y por ultimo, existe una altísima desconfianza por parte de inversionistas externos en el país.
En conclusión, la historia económica de Venezuela se repetirá, para el lamento de muchos, tendremos un viernes negro, aunque esto está para una semana negra, habrá aun más acaparamiento y escasez de productos, crisis financieras, bancos estatizados, fuga de capitales (aunque realmente son venezolanos comprando dólares para resguardar su capital), quiebra y venta de empresas publicas, inflación, desempleo, pobreza y creciente malestar social. No les recuerda todo esto algo?
Las circunstancias especificas variaran dependiendo del tilde político del gobierno en turno, pero sucederá. Con un gobierno chavista se restringirán las importaciones, darán raciones de comida restringidas, y echarán la culpa a Bush, la CIA y el imperialismo. Un gobierno de derecha devaluará, aplicará los famosos paquetes, le echará la culpa al gobierno de Chávez y este a su vez les tildará de mal gobierno, quizás desde el destierro. Y ya sabemos quienes sufrirán más todo esto, los más pobres, incluso, los que apoyan al actual gobierno serán los más afectados, no por castigo político, sino por que así es el sistema, los que cuentan con algo de pericia para salir adelante y surgir en las buenas y en las malas aprenderán a subsistir en la crisis, en cambio, aquellos que esperan que el gobierno les de su beca, que les resuelva su problema de empleo, de falta de capacitación para el trabajo, de falta de capital de trabajo, estos son los que se verán de nuevo consumiendo solo una comida al día.
Lo más triste de todo esto es que se está perdiendo una grandísima oportunidad de hacer de Venezuela un país con plena independencia económica y tecnológica al despilfarrar los recursos del petróleo en financiar el establecimiento en toda Latinoamérica de un sistema económico que ya ha fracasado en otros países del mundo, el cual no tiene ni base ni lógica, no se sabe si es un capitalismo de estado o un comunismo abierto al capital, y el que ha insistido llamar Socialismo del Siglo XXI y que en pocos años será recordado como el gran fracaso de inicios del siglo XXI, y estos tiempos de vuelta a viejos y fracasados modelos serán llamados por la historia económica como los años perdidos del siglo XXI.
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1 comentario:
Que lastima que tuvieramos que esperar tanto tiempo y tantas desgracias para decir: SE LO DIJIMOS.
Les dijmos que este sistema (socialista) nos iba a llevara a la misma situacion de Cuba.
Les dijimos que los gobiernos militares no funcionan.
Que los presidentes incultos no pueden dirigir la economia de un pais.
otra vez....SE LO DIJIMOS.
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