Para clasificar su malignidad hay un baremo sencillo: ¿cuánta sangre está dispuesto a derramar, incluida la suya, en plan de cambiar el mundo?
CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
Calígula violó en público a un general y luego a su mujer, porque estaba aburrido. Chi Shi Wan Chi, creador del imperio chino, hacía enterrar vivos en masa a los niños de las provincias rebeldes. Enfurecido porque una colina “no dejaba pasar” al ejército, hizo talar todos los árboles y pintarla de rojo (color muy apropiado) devoraba mercurio porque, según sus médicos, lo haría inmortal cosa que lo mató. Hitler hasta la hora final, movilizaba batallones inexistentes y ordenaba fusilar oficiales “traidores”, entre ellos a Goering. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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