Nelson Bocaranda Sardi / Runrun.es
ALTO. ¿DIÁLOGO?: Leyendo el blog del abogado y militar retirado Herminio Fuenmayor su recuento cuando, como agregado militar en la embajada venezolana en Jamaica en 1982, le tocó ayudar a la salida pacífica de los cubanos que habían minado -invadido con casi diez mil funcionarios en diversas áreas desde deportes y médicos hasta asesores militares- el gobierno del izquierdista Michael Manley cuando fuera derrotado por Edward Seaga. La historia que el narra en su blog pude constatarla cuando en la visita de Fidel Castro a Caracas en 1989 para la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez me tocó lidiar bastante para entrevistar por 93 minutos al barbudo cubano. Fuenmayor fue su edecán militar los días de la visita. Allí Fidel le trajo de regalo 4 cajas de ron en compensación por las 4 de escocés que había apostado con el entonces embajador cubano Ulises Estrada por la derrota de Manley. Castro le agradeció la ayuda para sacar a los miles de cubanos que los jamaiquinos querían matar comenzando por la embajada cubana en Kingston. Fuenmayor alerta en su escrito del convenio de asistencia militar con Cuba suscrito por el ministro Padrino López y su contraparte cubana Leopoldo Cintra Frías en la ampliación del 23 de junio de 2015. Allí, sin disimulo, se prevé que en “caso de amenaza de la Soberanía Nacional de ambas naciones se comprometen a prestarse asistencia recíproca”. Hoy Venezuela en comparación con la penetración cubana en Jamaica es diez veces más grande y con 18 años de acción diaria en todos los estratos del gobierno chavista y, aún más, del madurista. Recordé lo que el pasado mayo señaló Gustavo Cisneros desde la Universidad de Miami refiriendo que la solución del conflicto venezolano pasaba por Cuba y Colombia. Viene al caso pues por allí circula una propuesta de diálogo con quien es hoy el dueño del circo rojito y no con los payasos que actúan: Raúl Castro. La necesidad imperiosa de que los demócratas venezolanos negocien con los antillanos. El documento da cuenta de la urgente angustia de Cuba hoy -tras el recelo de Trump y el corte a los acuerdos con Obama- de asegurarse una economía más segura ante los cambios que ve venir en la pauperizada y atrasada Venezuela de cuya dorada teta vienen chupando desde 1999. Cuba tiene fracasos documentados en su historia económica y política como fueron el fin de la URSS en 1989 y su “período especial”; la salida de África y de Jamaica en 1980; la salida de Granada en 1998 y la salida de Chile en 1973. Se habla de una negociación que les permita ciertas garantías económicas, financieras y de seguridad para que todo el personal cubano -la “fuerza de ocupación de nuestro territorio”- se pueda ir. Citan la conchupancia Trump-Putin en la que podríamos ser una ficha de su ajedrez global donde la zona de Ucrania y Crimea, así como Cuba podrían entrar en negociaciones. Entre las razones para el acuerdo (un ganar-ganar local) estarían una negociación con la FANB institucional (Art.328) en Venezuela y “con las Fuerzas Armadas Cubanas para que Raúl pueda consolidar lo que siempre prometió y no cumplió Fidel”. Señalan la conveniencia de una salida ordenada de los castristas convertidos aquí en socialistas, liberales y, algunos de la “nomenklatura” en millonarios europeos. La urgencia de un acuerdo ha sido puesta de relieve por el Papa Francisco tras la última reunión sostenida con la Conferencia Episcopal donde le dio total respaldo a sus acciones -pasadas y por venir- donde quedó manifiesto que fue Maduro y su régimen el que no cumplió con ninguno de los puntos ofrecidos en aquel malhadado diálogo. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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