Carlos Blanco / El Nacional
El fin del bochinche bolivariano ha sido decretado por la ciudadanía con la inapreciable contribución de Nicolás Maduro y sus compañeros de juerga. El país, todavía incrédulo ante la sorpresa que se dio a sí mismo, tramita la papelería, firmas y sellos, para la evacuación ordenada del régimen. Si uno se pone a fantasear, el rumbo debería ser otro: un gobierno masivamente derrotado podría haber propuesto un entendimiento con los vencedores, para las tareas urgentes. La crisis económica y social –en realidad una crisis humanitaria en estratos y regiones del país– tenía que haber abierto las compuertas para acuerdos mínimos y perentorios. Pero, no; la reacción ha sido la típica de los que no entienden nada. Pa’lante como el elefante. CLIC AQUI para seguir leyendo...
Recibe nuestras actualizaciones por E-Mail. SUSCRÍBETE GRATIS AQUI
Twittear |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario