A Hugo no le hace falta cerrar Globovisión, ayer veía con asombro en casa de mis padres no había manera de enterarse de los acontecimientos del día en cuanto a política se refiere, la razón, no hay televisión por cable, por tanto no se ve Globovisión.
Así es, por más extraño que parezca, para nosotros, que de una u otra manera nos las arreglamos en la vida para tener esas comodidades, no podemos comprender, ni nos imaginamos que algunas noticias importantes y que van en contra del gobierno no salgan a la luz pública como todos los opositores al gobierno queremos. Es algo tan irreal como pensar no tener agua fría para beber en la casa (por falta de refrigeración).
Así como mis padres, una casa humilde de dos viejos que viven de su pensión, en una zona modesta de Maracaibo, así hay millones de venezolanos que no se enteran por ejemplo, sobre el llamado a la marcha del 27 de junio próximo, y en parte la culpa de la desinformación la tienen los otros canales privados, especialmente Televen y Venevisión, quienes por miedo, conveniencia, o falta de compromiso con el pueblo venezolano se niegan a dar a conocer las noticias que afecten al gobierno.
Globovision solo se ve por canal abierto en Caracas, y si no me equivoco en Valencia, en los demás estados, la señal sale a través de televisión por cable, hasta aquí nos ha traído el gobierno, que a través de la compra, apertura, la intimidación y el cierre de canales de televisión ha logrado tener una hegemonía mediática que hace sino imposible, muy difícil la trasmisión de informaciones antichavistas, otros punto a favor del régimen y en contra de las intensiones opositoras.
Como lo decía Teodoro Petkoff, en Venezuela existe una hegemonía mediática aun más compleja que la vivida en Rusia comunista o en Cuba, donde se cerraban todos los canales opositores de un plumazo y solo existía la televisión pro oficial. En nuestro país, a través de la apertura de todo tipo de parapetos de canales oficiales, la adquisición o compra de canales nacionales y regionales, el sometimiento de otros por intimidación y autocensura, el apego voluntario de otras televisoras por intereses económicos o quien sabe de que más, como es el caso de Venevisión y por el cierre o no renovación fraudulenta de RCTV, el gobierno ha hecho una pantalla, una farsa de libertad de expresión.
Nada difícil es la tarea de una oposición muda por la falta de medios para expresarse, nada harán los venezolanos ciegos de los cerros si no ven en los medios masivos el llamado de la oposición, esta tendrá que aplicar muchísima creatividad y no abandonar las calles, incluso usando en algunos casos métodos penados por el Estado con la fin de hacer escuchar el grito de libertad y democracia que tanto hará falta en Venezuela en lo días venideros.
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