PEDRO A. PALMA / EL NACIONAL
Después de un año devastador desde el punto de vista económico, las perspectivas para 2016 no son nada alentadoras. Los deprimidos precios petroleros y las escasas o inexistentes posibilidades de que los mismos experimenten una sólida recuperación en los próximos meses, llevan a pensar que los ingresos de divisas de este año serán muy bajos, haciendo que continúe la restricción crítica de dólares para la realización de una serie de operaciones externas, la importación de productos básicos como alimentos y medicinas, entre ellas. Esto, combinado con las pocas posibilidades de incremento de la producción local debido al diezmado aparato productivo privado, a la ineficiencia supina de las empresas estatales, y a la imposición de desproporcionados controles de precios y de otra índole, hará que los ya críticos problemas de escasez y de desabastecimiento continúen a lo largo del año, o incluso se agraven. El descomunal desequilibrio de las finanzas públicas, que hizo que en 2015 el déficit del sector público restringido llegara a niveles equivalentes a cerca de 20% del PIB, y el financiamiento de buena parte del mismo por el BCV a través de la creación masiva de dinero sin respaldo, continuará materializándose en el presente año. Sin embargo, si el tipo de cambio aplicado a la venta de divisas de Pdvsa al instituto emisor se ajusta en una forma importante, aquel déficit pudiera ser menor, pero aún muy elevado. CLIC AQUI para seguir leyendo...
@palmapedroa
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