La usan para alimentación y educación, advierte Oscar Meza. El 90 % de los hogares en Venezuela no perciben los ingresos necesarios de Bs. F 3.200 al mes para una familia. La tarjeta de crédito tiene como objetivo consumir y no ahorrar.
Fuente: Banca y Negocios
Aristimuño Herrera & Asociados / 2001
Oscar Meza quien es el director del Centro de Documentación de Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros que también está haciendo el doctorado en economía de la Universidad Central de Venezuela en materia de microeconomía señaló que una familia para poder cubrir sus gastos tendría que ganar aproximadamente Bs. F. 3.200 al mes, pero el 90% de los hogares en Venezuela no perciben estos ingresos.
Meza al referirse al ingreso de los hogares puso el ejemplo de cualquier ciudadano que posee una canasta alimentaria en el mes de agosto de un costo de Bs. F. 1.400 y algunos devengan un salario mínimo ubicado en 799 con 23, apenas logras cubrir el 55,3% del costo de los alimentos en este mismo mes, de manera tal, el déficit de alimentación aplicando un solo salario mínimo sería de un 646 Bs. con 46 ctms. Por lo tanto se requiere de dos salarios mínimos para poder cubrir el costo de los alimentos, sin embargo “no te queda dinero para ahorrar”.
De igual manera en relación con el tema de las tarjetas de crédito expresó que muchas de las familias venezolanas que poseen dicha tarjeta e incluso familia de clase media están financiando gastos de primera necesidad como la alimentación y educación. Dijo que una familia para poder cubrir sus gastos tendría que ganar aproximadamente Bs. F. 3.200 al mes y el 90% de los hogares en Venezuela no perciben estos ingresos.
Cero exclusiones
En otro sentido manifestó estar en desacuerdo con cualquier tipo de exclusión en el aspecto económico, político y social afirmando que es un error que no se les otorgue una tarjeta de crédito a las personas bastante mayores en vista de que todos en algún momento llegaremos a tener 60, 70 u 80 años de edad o más.
Dijo que las personas con estas edades perciben un ingreso económico bien sea por jubilaciones y se merecen su tarjeta, por lo tanto en la llamada “revolución socialista que tiene como norma inclusión”, es contradictoria la exclusión y sobre todo si se trata de personas que han pagado todas sus deudas.
En este sentido Oscar Meza recomendó que más bien se debe solicitar garantías que respondan por una determinada deuda. No obstante todas las instituciones financieras tienen el derecho de cubrir sus riesgos y “eso lo entiendo” y por su puesto no se le puede otorgar una tarjeta de crédito a alguien de “mala paga”.
En este sentido no se trata de que los bancos los excluyan del sistema sino simplemente se está “auto-excluyendo”, por una conducta irregular, la cual no está establecida en la Ley.
De igual forma señaló Meza que la tarjeta de crédito tiene como objetivo consumir y no ahorrar. Y cuando el sistema bancario la autoriza es para que “consumas no para que ahorres”, concluyó.
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