Nelson Bocaranda Sardi / Runrun.es
ALTO: CLASE DE HISTORIA. Ramón J. Velásquez, tal vez el venezolano que más estudió y mejor comprendió la historia, el pueblo y la dirigencia colombiana, solía decirnos que los venezolanos debíamos siempre mirar a Colombia, para que evitáramos sus dramas y tragedias e imitáramos sus instituciones. El referendo del domingo nos lo trae a la memoria. El triunfo del NO impone la voluntad de la ciudadanía sobre la transitoria autoridad de un gobernante. El pueblo colombiano le dice NO a la violencia y a la guerra pero mediante un pacto de ellos, a lo colombiano, no bajo los mandatos de La Habana, de otro país. “Queremos la paz si, pero no así”. Santos apostó a un liderazgo administrativo, funcional, operativo. Uribe se fue a encontrar el sentimiento, la historia chica, el dolor aún vivo de millones de hogares. Ambos lucen querer lo mismo, pero con visiones de justicia, equidad -¿y olvido?- diferentes. El colombiano de a pie los puso de acuerdo. Hoy Colombia necesita que el pacto con la guerrilla implique que ambas visiones estén en igualdad de condiciones sentadas en la misma mesa. Ayer Santos (de quien Nico debía aprender a reconocer una victoria de sus oponentes, aunque por décimas, sin berrinches de niño malcriado desde que le dieron la paliza histórica el 6D) con sentido patrio llamó a reunión a los promotores del NO. Desde esta orilla varios venezolanos han visto lecciones: la alianza Chávez-Maduro-los Castros, igualmente desde La Habana, tampoco podrá decidir por nosotros. Las señoras del CNE que llevan más de 90 días de retraso organizando nuestro revocatorio y anuncian un impensable límite para realizarlo, deberían estar en pleno acto de contrición viendo lo que hicieron en horas sus similares colombianos. En nuestro criterio, más allá de las lágrimas de aquellos por el SI y la lógica euforia de los que apoyaron el NO el domingo, fueron las instituciones colombianas las grandes ganadoras. ¿Acaso fue un error montar el tinglado y celebrar la firma de la paz antes del plebiscito? ¿Usar ese evento como promoción fue excesivo? Veamos: Lula y Dilma están fuera y el PT perdió 400 alcaldías el domingo, Cristina esta fuera, los aviones cargados de empresarios e iniciativas en dólares sobrecargan la ruta hacia La Habana. Los derechos humanos terminan por imponerse en la tierra del realismo mágico del Gabo, es decir en toda América Latina. Evitemos regresar -Velásquez era experto narrándolas- a las causas y, peor aún, a las consecuencias de lo que fue nuestra Guerra Federal. ¿Estará claro Maduro o sigue creyendo en pajaritos embarazados y susurrantes?… CLIC AQUI para seguir leyendo...
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