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lunes, 24 de septiembre de 2007

Diferencias circunstanciales entre la Cuba Pre-revolucionaria y la Venezuela Pre-socialista.

Parte I. Situación Interna.

Las circunstancias que rodean la sociedad venezolana son distintas en fondo y forma a las vividas en los tiempo de la Cuba pre revolucionaria.

Estas circunstancias inexorablemente darán diferentes destinos a cada uno de los procesos, e incluso, puede darle la razón a Hugo en sus presunciones de una sociedad igualitaria, donde el nivel de bienestar general aumente gracias a los inmensos recursos provenientes de la renta petrolera y una presuntiva mejor distribución de dichos recursos.

Aunque también es cierto que las mismas diferencias pueden derrumbar el proyecto socialista bolivariano más temprano que tarde, si el Socialismo del Siglo XXI termina eliminando, expropiando, nacionalizando, en fin, como cualquier Robín Hood del siglo XXI, robando las propiedades de las personas para dárselas a los más desfavorecidos.

La Cuba prerrevolucionaria estaba signada por un sociedad clasista donde pocos tenían acceso a las más mínimas condiciones de vida, al igual que en vastos sectores de la venezolana pre-bolivariana, con la diferencia de que la democracia social anterior a la etapa chavecista intentó con pocos resultados llevar servicios públicos de primera necesidad a las población, sustentado como ya es costumbre por las inestable renta petrolera. Cuando la renta petrolera bajaba, la situación social no empeoraba directamente, sino que, al deprimirse la economía, y ante el inherente déficit fiscal, la caída del empleo, el aumento de la delincuencia, entre otros factores, terminaba por mermar la ya delicada situación social.

En general, a pesar de mi falta de conocimiento presencial de la sociedad cubana de entonces, me atrevo a suponer que el pueblo venezolano vivía en mejores condiciones socioeconómicas que las masas populares cubanas de antes de la revolución. Esto dio un mayor empuje a la revolución cubana, aunado a años de verdadera dominación de capitales extranjeros, excusa fidelista para el socialismo, aunque con la ventaja de un constante crecimiento de la industria azucarera.

Por su parte, en 1998, Venezuela ya llegaba a casi quince años de nacionalización petrolera, lo cual trajo grandes beneficios socioeconómicos a la población durante el primer gobierno de CAP, así como también cuatro años de asociaciones estratégicas con compañías petroleras extranjeras con el objetivo de traer la tecnología necesaria para la extracción del crudo pesado de los suelos venezolanos, lo que le dio un breve pero necesario respiro la economía venezolana y a su población a mediados de la segunda presidencia de Rafael Caldera.

Solo la galopante corrupción a todos los niveles de la administración pública hizo posible el estallido social y popular que desembocó en la elección de un presidente “bolivariano” con ocultas tendencias socialistas. Fue a través de constantes amenazas en contra de la corrupción, de los partidos tradicionales, del excesivo gasto gubernamental, de los malos gobiernos anteriores, se pudo contar con el apoyo de una importante masa de la población descontenta por 40 años de malos gobiernos adecos y copeyanos. Por su puesto, no se escuchaba para entonces en la retórica del candidato bolivariano lo que para entonces era ya común escuchar en el niño cubano promedio: Imperialismo, oligarca, terrateniente, socialismo, capitalismo salvaje y pare de contar.

Tampoco se esperaban los que apoyaban al excomandante exgolpista, que su gobierno duplicaría el aparato gubernamental, los ministerios, los lujos presidenciales, y lo peor para nuestros hijos, cuadruplicaría la deuda externa venezolana, a pesar de las promesas electorales esperanzadoras.

Fidel llegó al poder como todo un héroe, fue capaz de sacar un dictador, lo demás es historias. Hugo fue capaz de sacar a adecos y copeyanos (muchos hoy lo acompañan en el poder), más su apoyo popular no fue de entrada tan impactante, ha variado con el paso del tiempo, ya tubo su mínimo pero también su máximo apoyo.

Cuba llego al comunismo a través del miedo, de la ejecución, el encarcelamiento y el exilio al opositor, de dominio mediante el uso de la fuerza de medios de comunicación, y de años de adoctrinamiento, todo bajo el auspicio y el apoyo financiero y militar de la otrora potencia URSS.

Sin adentrarnos mucho en los elementos que nos han traído hasta acá, los venezolanos estamos a punto de decidir si dar un paso hacia el socialismo o continuar con un modelo pluralista, democrático y social, todo bajo una supuesta legalidad democrática y a través de la escogencia popular del soberano, sin embargo, también por medio del uso del miedo, del chantaje, de encarcelamientos políticos, a menor escala, de un complejo dominio económico, apego por conveniencia y de coerción de la mayoría de los medios de comunicación masivo; y con una burda imitación, en menor escala, del modelo cubano de adoctrinamiento, a través las misiones y hoy en día, a través del llamado tercer motor, moral y luces.

Hoy en día, hay algo posiblemente más poderosos que el apoyo moral, militar y político que la URSS le daba a Fidel. Los petrodólares. A través de estos el gobierno ha comprado conciencias generando empleos gubernamentales y dando licitaciones a contratistas a cambio de apoyo político. Gracias al inmenso flujo de renta petrolera el gobierno mantiene adherido a millones de venezolanos de clase baja por medio de subsidios directos, créditos y becas. Gracias al poder económico con que cuenta el gobierno se hizo posible la construcción de una enorme red de medios de comunicación de todos los niveles. Los dólares que extrajo el gobierno del BCV y de sus Reservas Internacionales hicieron posible la adquisición de la CANTV, quien transmitirá los datos de los votantes en el próximo referéndum consultivo.

En lo interno, diferencias hay, pero el resultado puede ser el mismo, una Estado Socialista, Fidel prometió una mejor vida para los cubanos, no lo ha logrado. Hugo promete una sociedad moderna, un país desarrollado, algunos tienen sus esperanzas en él, otros se aprovechan de su bondadosa billetera, una aparente mayoría se espera lo peor para el país.

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