Angel García Banchs
El Universal
El problema de la banca nacional es de solvencia, no de liquidez. Es decir, no existe una insuficiencia de reservas primarias (i.e. dinero base o encaje en el BCV) ni secundarias (i.e. títulos públicos como letras del tesoro, CDs del BCV, DPNs, etc.), sino una merma de los ingresos netos asociados al crédito que dificulta mantener las reservas de capital que exige la Ley; pero, además, pocos banqueros desean, hoy día, aportar más capital porque tienen miedo de perder su dinero (dada la morosidad y amenazas de Chávez).
Actualmente, los ingresos de la banca cubren gastos financieros y de transformación, pero no generan suficientes ganancias como para cumplir con los ratios de capital/crédito, ni menos aún para compensar el crecimiento de las pérdidas asociadas a la moratoria, dada la recesión y el fin de la bonanza petrolera más intensa de los últimos 25-30 años.
Lo mismo que sucede con otros sectores institucionales del país sucede con los bancos: cuando las cosas no van bien para la economía real tampoco pueden ir para la banca, puesto que es la actividad real la que determina la demanda de su activo más rentable, pero también más riesgoso: el crédito. Lógicamente, en la medida en que aumentan las filtraciones de la circulación por la caída de las exportaciones netas y de la inversión real, el déficit fiscal debe aumentar, y con él la participación de las reservas secundarias en el portafolio de los bancos (títulos públicos, arriba mencionados), mientras que disminuye la del crédito, cuya rentabilidad cae mientras aumenta su riesgo, al incrementarse la morosidad.
El Gobierno no estatizará la totalidad de la banca, pues sabe que ello conduciría a reproducir el esquema del BIV que quiebra y se recapitaliza anualmente con impuestos: la banca en manos de gerentes públicos suele conducir a esquemas de corrupción asociados al otorgamiento de los créditos, con una escasa preocupación por la capacidad de pago de los deudores; mientras que la banca en manos de los privados limita los esquemas de corrupción por comisiones (aunque no siempre), ya que el banquero privado recibe todas las ganancias y no necesita incurrir en ello: los incentivos le obligan a preocuparse por la capacidad de pago de los deudores; es decir, por el riesgo y rentabilidad del crédito.
Irónicamente, la banca actual cuenta con 2 aliados: el control de cambios y la inflación; lo primero porque limita la transferencia de depósitos al exterior; y lo segundo porque desincentiva la sustitución de depósitos por efectivo: el corazón de la banca se salvará, al menos si el Presidente enmudece. Para recapitalizar a los bancos, Miraflores debe bajar mucho más la tasa de encaje legal para sustituir reservas primarias por secundarias que sí generan ingresos bancarios; también, debe bajar el límite mínimo de la tasa pasiva para poder aumentar el spread y la activa; Miraflores debe contribuir a limitar la desconfianza, dejar de amenazar a los banqueros, facilitar la revalorización del activo/capital bancario (con una depreciación cambiaria), y ejecutar una política de estímulo fiscal que invite a la banca y al sector privado a superar la recesión.
Angel García Banchs
Profesor del CENDES/UCV y
Doctorado en Economía de la UCV
http://www.angelgarciabanchs.com/
opinion@angelgarciabanchs.com
twitter: @garciabanchs
El Universal
El problema de la banca nacional es de solvencia, no de liquidez. Es decir, no existe una insuficiencia de reservas primarias (i.e. dinero base o encaje en el BCV) ni secundarias (i.e. títulos públicos como letras del tesoro, CDs del BCV, DPNs, etc.), sino una merma de los ingresos netos asociados al crédito que dificulta mantener las reservas de capital que exige la Ley; pero, además, pocos banqueros desean, hoy día, aportar más capital porque tienen miedo de perder su dinero (dada la morosidad y amenazas de Chávez).
Actualmente, los ingresos de la banca cubren gastos financieros y de transformación, pero no generan suficientes ganancias como para cumplir con los ratios de capital/crédito, ni menos aún para compensar el crecimiento de las pérdidas asociadas a la moratoria, dada la recesión y el fin de la bonanza petrolera más intensa de los últimos 25-30 años.
Lo mismo que sucede con otros sectores institucionales del país sucede con los bancos: cuando las cosas no van bien para la economía real tampoco pueden ir para la banca, puesto que es la actividad real la que determina la demanda de su activo más rentable, pero también más riesgoso: el crédito. Lógicamente, en la medida en que aumentan las filtraciones de la circulación por la caída de las exportaciones netas y de la inversión real, el déficit fiscal debe aumentar, y con él la participación de las reservas secundarias en el portafolio de los bancos (títulos públicos, arriba mencionados), mientras que disminuye la del crédito, cuya rentabilidad cae mientras aumenta su riesgo, al incrementarse la morosidad.
El Gobierno no estatizará la totalidad de la banca, pues sabe que ello conduciría a reproducir el esquema del BIV que quiebra y se recapitaliza anualmente con impuestos: la banca en manos de gerentes públicos suele conducir a esquemas de corrupción asociados al otorgamiento de los créditos, con una escasa preocupación por la capacidad de pago de los deudores; mientras que la banca en manos de los privados limita los esquemas de corrupción por comisiones (aunque no siempre), ya que el banquero privado recibe todas las ganancias y no necesita incurrir en ello: los incentivos le obligan a preocuparse por la capacidad de pago de los deudores; es decir, por el riesgo y rentabilidad del crédito.
Irónicamente, la banca actual cuenta con 2 aliados: el control de cambios y la inflación; lo primero porque limita la transferencia de depósitos al exterior; y lo segundo porque desincentiva la sustitución de depósitos por efectivo: el corazón de la banca se salvará, al menos si el Presidente enmudece. Para recapitalizar a los bancos, Miraflores debe bajar mucho más la tasa de encaje legal para sustituir reservas primarias por secundarias que sí generan ingresos bancarios; también, debe bajar el límite mínimo de la tasa pasiva para poder aumentar el spread y la activa; Miraflores debe contribuir a limitar la desconfianza, dejar de amenazar a los banqueros, facilitar la revalorización del activo/capital bancario (con una depreciación cambiaria), y ejecutar una política de estímulo fiscal que invite a la banca y al sector privado a superar la recesión.
Angel García Banchs
Profesor del CENDES/UCV y
Doctorado en Economía de la UCV
http://www.angelgarciabanchs.com/
opinion@angelgarciabanchs.com
twitter: @garciabanchs
1 comentario:
Escribi 5 capitulos analizando este escandalo, en lo economico creo que se han tomado las adecuadas pero en lo politico hay gran crisis moral e ideologica.
Recientemente escribi tema dedicado a usted y a Zuliana.
Aprovecho para felicitarle por las navidades y el año 2010.
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