Dámaso Jiménez / El Nacional
Si los científicos del futuro quisieran investigar alguna vez cómo un país ubicado en plena autopista de la modernidad a las puertas del siglo XXI, gracias a la bonanza petrolera que le permitió mover buena parte del mundo, termina súbitamente rebuscando sobras de comida entre la basura, con un cuadro viral de escasez, hiperinflación, miseria y muerte; tendrían que tropezar con las terquedades absurdas del populismo militar que sostuvo a Chávez y ahora a Maduro, pasando por los bemoles del narcotráfico y la corrupción más recalcitrante, hasta intentar entender un fenómeno desesperante que quebró la economía de 30 millones de venezolanos minuto a minuto. Fueron las políticas económicas perversas impuestas para mantener a toda costa una ideología en el poder, según música y letra del decorativo vicepresidente Aristóbulo Istúriz. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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