Fausto Masó / El Nacional
Hasta la propia familia de Nicolás sonó las cacerolas. Nunca ha habido en la historia de América Latina un presidente tan aislado, tan impopular y tan suicida que, como el avestruz, viva con la cabeza enterrada en la arena: no oye, no ve, no siente. Maduro se esfuma. Pobre Cilia. Está enterrando el chavismo, y los propios chavistas no saben cómo quitárselo de encima. Esta semana las más grandes manifestaciones que se hayan dado en Venezuela invadieron las principales ciudades del país. Sin organización, sin recursos, espontáneamente, los venezolanos se tiraron a la calle. ¿Qué dice Maduro? Finge no enterarse. Vive en las nubes. Así no se dura en Miraflores CLIC AQUI para seguir leyendo...
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